TULUM, a 22 de noviembre. - El pasado viernes 19 de noviembre, en una cálida y húmeda tarde noche se presentaron en el restaurante Mia Tulum una selecta selección de bodegas y casas vitivinícolas quien degustaron sus etiquetas de vino más emblemáticas a conocedores y entusiastas del vino en su primer #WineFestival.
Mas de sesenta etiquetas de vinos blancos, tintos, espumosos y champagne provenientes de regiones como La Rioja, Galicia, Ribera del Duero en España; La Toscana en Italia; California y Oregón en Estados Unidos; y de la región francesa de Reims. Se degustaron vinos orgánicos, elaborados de manera artesanal y provenientes de una pequeña producción lo que permite no sobre explotar el viñedo y ser una selección anual de calidad y exclusividad.
Doce enólogos, muchos de ellos productores de las bodegas vinícolas estuvieron presentes y fueron los encargados de ofrecer la cata de sus vinos premium, dar a conocer el tipo de uva o uvas con las que se elaboración así como de las especificaciones de su añejamiento.
Tuve la gran oportunidad de platicar con algunos de ellos, los cuales me dieron catedra de la selección de vinos que representaban. Por ejemplo me comento Toni Sarrión de la bodega Mustiguillo y la Hacienda Solano, trajo al festival una selección de vinos orgánicos de una variedad mediterránea y autóctonas. Un vino blanco de la variedad de merseguera (una uva casi extinta y que estas bodegas se han encargado de recuperar) denominado “Finca Calvestra” el cual proviene de viñedos a 900 metros de altura sobre el nivel del mar, su riego es por goteo que es mas sustentable; la vendimia es manual y la intervención en bodega con fermentación con levaduras autóctonas, en acero y en barrica de acacia un año y uno mas en botella lo que le da una crianza robusta. Este vino blanco tiene un olor a flor blanca en nariz, perfiles amielados con un toque de tomillo y en boca un vino muy graso, muy fresco y diferente al provenir de una variedad de uva muy poco conocida.
Los otros vinos que presento fue uno elaborado con uva garnacha fermentado en barricas de roble francés con fermentaciones largas no extractivas y el añejamiento de igual manera en roble francés lo que hace un vino tinto muy fresco, muy Mediterráneo por el tipo de uva con el que se elabora.
Por último un tempranillo elaborado con uva de viñedos sembrados en arena con más de cien años en la región del Duero fermentado y criado en hormigón lo cual produce un vino fresco, ligero para ser un tempranillo.
En su experiencia de traer estas etiquetas a México ha tenido una gran aceptación por la gente del sector, restaurantes y someliers que tenían poco conocimiento de estos tipos de vino mediterráneos y para el festival de vino en Mía Tulum a pesar de la temperatura y húmedad se mantuvieron con sus características sin sufrir algún cambio.
Otro enólogo invitado fue Diego Santana quien es el director y productor de bodegas Valenciso con mas de treinta años de experiencia ubicadas en la zona de Rioja Alta, siempre enfocados en el cultivo de uva tempranillo con cuatro hectáreas de viñedo orgánico y bio dinámico con una filosofía de buscar el perfil elegante, delicado y aromático del vino tempranillo. Son la única bodega de la zona de Rioja que utiliza cemento para su fermentación y crianza; con el uso de barrica de roble francés que en la zona de igual manera utilizan otro tipo de de maderas.
Diego Santana insistió en que sus procesos hacen una diferencia a los vinos tradicionales producidos en la zona de Rioja y esto provoca que el perfil de sus vinos sean longevos, elegantes con una acidez muy gentil que le da una versatilidad a casi todo tipo de maridaje. En la actualidad exportan a más de 44 paises con un seguimiento puntual a sus envíos, personalizándolos si es requerido lo que de igual manera les da un plus a sus marcas.
En el festival presentó un vino blanco elaborado a base de garnacha blanca, fermentado en roble ruso por nueve meses. Esto le da un frescor de la variedad viura, con el toque pujante de la garnacha blanca más su fermentación en barrica le da un aromático armonioso y delicado.
De sus vinos tintos estuvieron presentes su vino “Valesnciso Cemento”, elaborado y envejecido únicamente en depósitos de cemento lo que lo hace distinto y sorprendente. Vivo, sabroso, fruta, redondo, muy placentero y elegante.
Su vino emblema “Valenciso Gran Reserva” que tiene más producción, proviene de viñedos de cincuenta a ochenta años; fermentado en cemento, envejecido por 19 meses en barrica de roble francés otros dos años en cemento que le da un volumen aromático, pleno en la boca pero sin pesar, persistente, crece en la copa. Un ejemplo perfecto de los grandes vinos de la Rioja Alta, que tan bien equilibran sutileza y riqueza.
De igual modo tuve la oportunidad de probar vinos italianos de la bodega “Príncipe Corsini”. Una colección de vinos orgánicos extraídos de viñedos ubicados en las propiedades “Villa Le corti” y “Tenuta Marsiliana” ubicadas en la zona de la Toscana; elaborados con uva Sangioevese que le aportan aromas frutales florales y especiados a los vinos.
De la región del Duero en España se presentaron vinos de las bodegas y viñedos Tábula, que es una finca de 22 hectáreas entre Olivares y Valbuena del Duero que nace desde el 2002 por iniciativa de José Luis Muñoz, empresario vallisoletano y sus socios. Los viñedos producen uva tempranillo con lo cual elaboran todos sus vinos. Utilizando para su fermentación y envejecimiento barricas de roble francés en su mayoría combinándolas con acero inoxidable entre 5 a 18 meses de crianza, dependiendo de la botella.
Fue una experiencia enriquecedora al conocer y reconocer vinos provenientes de zonas ya de amplio conocimiento en la elaboración de vinos, así como de variedades que como en el caso de la merseguera que se consideraba una uva casi extinta.
Un reconocimiento al restaurante Mía Tulum por su arduo trabajo para la preparación y presentación de este, su primer festival de vinos, que atrajo público conocedor y entusiastas del vino de la Riviera Maya y no me queda duda de que es solo el comienzo de una serie de festivales dedicados a la vinicultura y porque no, ser el primer lugar de Tulum en atraer un enoturismo propio de las zonas vitivinícolas de México y el mundo.
