-El percance ocurrido hoy por la mañana puso en evidencia la ausencia de señalamientos y el potencial riesgo de accidentes.
PLAYA DEL CARMEN, Q.ROO, 12 de septiembre.- Las obras del gasoducto que son realizadas sobre el boulevard Playa del Carmen se han vuelto un potencial riesgo para los ciudadanos, pues no solo estarán por debajo de las vías del Tren Maya al convertirse en una bomba de tiempo, sino que además ya han comenzado a ocasionar incidentes de transito.
Tan solo esta mañana, un auto compacto Hyundai H10 color azul, en el cual viajaban una mujer y su vida, se fue a una zanja realizada por la empresa concesionaria Gas Natural del Noroeste, justo sobre el boulevard Playa del Carmen, en las inmediaciones de la Plaza Centro Maya. Afortunadamente ninguna de las dos tripulantes resultaron lesionadas en el percance.
Este percance pone en evidencia la peligrosidad de la obra en mención dentro de un futuro, en primer lugar porque el Tren Maya -la magna obra del Presidente Andrés Manuel López Obrador-, estaría asentado sobre una autentica bomba de tiempo, ya que debajo de las vías dormitará una tubería de acero de 12 pulgadas de diámetro con millones de litros de gas natural.
De esta forma es que la construcción de lo que será el gasoducto continúa su curso sin que se tome en cuenta las medidas básicas de seguridad como los señalamientos de las perforaciones, sólo que ahora lo hacen velozmente, rebasando las especificaciones de la Semarnat y convirtiéndose en una bomba de tiempo agravada porque se ubica bajo el Tren Maya.
Pero aún y con el riesgo que implican estas obras, dependencias como Protección Civil y la dirección de Transito han hecho caso omiso a esta situación, especialmente porque esta obra carece de señalamientos para los tubos colocados en medio de la carretera federal, sin carril de protección y con fosos que el peatón debe cruzar en frágiles tablas de maderas, omisiones aún más peligrosas durante la noche.
De esta manera es como esta obra sigue su curso sin las correspondientes medidas de seguridad, pero a pesar de ello, el gobierno de Laura Beristain sigue mostrando una total indiferencia hacia esta problemática.
